Los paneles de Mingote
Especialísimo repaso a la historia local con el que el humorista y académico de la Lengua deja su impronta …
Darse una vuelta por Ribadesella se convierte en un paseo muy denso y entretenido, con decenas de localizaciones de interés.
Toda la información turística de Ribadesella: alojamientos, restaurantes y turismo activo (descenso del sella, motos de agua, etc) en ribadesella.com
Partida en dos por el bello estuario del río Sella, las dos orillas urbanas de la localidad se comunican por un puente sobre la ría. En la zona Este se localiza el casco histórico y las calles centrales de la Gran Vía o Comercio, que confieren al trazado del pueblo un sentido amplio y ordenado y donde se encuentran buena parte de los locales comerciales y de ocio de Ribadesella. Uno de los puntos neurálgicos de esta parte de la villa se encuentra en las inmediaciones de La Plaza Nueva y la Plaza de la Iglesia, un espacio muy concurrido en verano y donde abundan las sidrerías, cafeterías y tiendas. El casco antiguo está peatonalizado y se extiende desde el coqueto parque de la Atalaya hasta su estribación más occidental en el barrio del Portiellu, uno de los núcleos poblaciones que dieron lugar a la villa misma y que marcaron su condición marinera. Una de las zonas más bonitas y menos conocidas de esta villa, con casas muy antiguas que se asientan prácticamente sobre las rocas de la primitiva ribera escarpada del Sella, y que esconde algunos de los rincones más Instagrameables de Ribadesella, como su famosa escalera de colores.
La zona portuaria ha sido remodelada en la última década y combina ahora la presencia de redes y barcos de pescadores con su orientación como bulevar: paseo turístico y comercial al pie del ría. La propia desembocadura del sella ha sufrido una transformación en su uso; ha pasado de ser refugio exclusivo de embarcaciones pesqueras -como aún atestiguan los barcos y las lanchas de pesca, o la propia lonja de Pescado (La Rula)- a compartir sus aguas con los veleros de índole recreativo que atracan en los pantalanes de un nuevo puerto deportivo, levantado en la orilla contraria al muelle tradicional. El atractivo de esta zona del puerto se convierte en puro placer estético paseando por el popular Paseo de la Grúa, en el extremo oriental de la ría. Es este un recorrido muy recomendable que se trazó según las directrices arquitectónicas de la época de Carlos III y que resulta muy agradable para el paseo. Caminando por él obtenemos una buena panorámica del casco urbano principal de la villa, pero también de la orilla oeste, incluyendo hermosa Playa de Santa Marina.
En este paseo, el humorista Antonio Mingote ha dejado plasmada su mayor viñeta, en seis murales de cerámica que repasan la historia local. Los que popularmente se conocen como los Paneles de Mingote, son una auténtica obra de arte al aire libre que no debes perderte.
Especialísimo repaso a la historia local con el que el humorista y académico de la Lengua deja su impronta …
Recorremos el Paseo de la Grúa hasta su final y llegamos a un espacio amplio, con altos muros de contención, desde el que obtenemos una vista cercana del Mar Cantábrico. Sobre nosotros se levanta el Monte Corberu, un promontorio con vistas exclusivas. Desde la zona en la que nos encontramos podemos ascender a él fácilmente por unas escaleras. En lo alto se encuentra la Ermita de Guía, una pequeña capilla que es sede de la Virgen del mismo nombre, la patrona del gremio de los marineros desde tiempos antiguos. En el entorno de la ermita descubrimos cañones auténticos apuntando hacia el horizonte. Se trata de las armas que los antiguos riosellanos emplearon para protegerse de cualquier amenaza que llegará desde el mar, llámese piratas o conquistadores extranjeros.
Desde el monte de «Guía» obtenemos un mapa exacto de la villa, con sus dos partes claramente diferenciadas, su enorme playa, el amplio estuario y las cordilleras altas que cercan el pueblo por el sur, con su cota máxima localizada en el monte Mofrechu. En el extremo de la playa está el Monte Somos, que junto con el Corberu, en el que nos encontramos, dan a la desembocadura y a la playa un aspecto de concha. Si miramos más hacia abajo descubrimos los pedrales. La costa a los pies del acantilado es de rocas y cantos rodados y podemos admirarla insitu, de una manera irrepetible, subidos a una moto de agua, recorriendo la costa de los dinosaurios y adentrándonos en cuevas naturales dentro de los propios acantilados.
Descubre la costa acantilada de los dinosaurios subido a una moto de agua. Una experiencia inolvidable por el litoral de Ribadesella y Llanes….
Descendemos desde la capilla por una camino que discurre por el monte Corberu y que nos dejará en el casco antiguo de la Villa, concretamente en el parque de la Atalaya. Muy cerca encontramos la playa del mismo nombre, una de las dos zonas de baño más frecuentadas de Ribadesella. La Playa de la Atalaya es un pedral avanzado en su evolución y ha venido siendo tradicionalmente el «solarium» predilecto de los habitantes de esta zona. A derecha e izquierda, el pedral de la Atalaya se prolonga en más calas de piedra y zonas de baño privilegiadas, con piscinas y pozas naturales para disfrutar del mar en estado puro.
Desde aquí, y reandando el sentido por el que llegamos al pedral, podemos adentrarnos en el casco histórico de la localidad. Se trata de un entorno restaurado y peatonal, con joyas arquitectónicas como la Casa de los Ardines, el Palacio de Prieto Cutre, actual edificio del Ayuntamiento, o la casona del Escudo, que entre otros inmuebles conceden a la zona un título merecido: «histórico artístico».
Un bonito recorrido por la villa marinera de Ribadesella, descubriendo de la mano de un guía turístico todas las curiosidades….
La iglesia parroquial de Santa María Magdalena, y su plaza contigua, en pleno casco antiguo, bien merece una visita por su singularidad estética y por las joyas pictóricas que guarda en su interior el propio templo. Destacan los cuatro enormes murales pintados al fresco por los hermanos Bernardo, Celestino y Antonio Uría Aza, situados en las cuatro caras que rematan el crucero y que son una clara alegoría contra todas las guerras.
El casco histórico también alberga el más antiguo «centro de compras» de Ribadesella, su mercado semanal de los miércoles, inaugurado junto a la villa misma en el siglo XIII. En él los pequeños productores de la comarca ofrecen al público las hortalizas del concejo, las frutas de temporada, «fabes», frutas de temporada, castañas, avellanas y nueces, quesos, dulces de manzana, «pantrucos» o harina de maíz, indispensable para los tortos fritos y para la consistente «borona», hecha al horno y rellena de embutidos. El mercado semanal es también un escaparate pa los puestos de ropa, utensilios diversos, antigüedades, floristerías, etc.
El conjunto Histórico Artístico presenta un trazado de corte medieval y deja entrever edificaciones con balcones en voladizo, galerías acristaladas, áticos con forma de buhardilla, fachadas con escudos nobiliarios y soportales, con edificaciones que datan de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. El resto del casco urbano en esta orilla del Sella se extiende sobre una plataforma ganada a las aguas de la ría a lo largo de los últimos siglos, y la relativa modernidad de sus cimientos le ha permitido tener un trazado de calles con una gran sensación de amplitud, acorde con las normas urbanísticas de Carlos III, bajo cuyo reinado se acometió el ensanche de la villa y puerto.
En en el ensanche contemporáneo descubrimos edificios sobrios y sólidos de planta cuadrada del siglo XIX que se combinan con otros de construcción más reciente.
Al otro lado de la ría, tras cruzar el puente, accedemos al Arenal de Santa Marina. Aquí en el año 1907 la marquesa de Argüelles puso en marcha una singular urbanización. Las lujosas residencias y los hoteles que hoy día podemos observar en esta parte de Ribadesella son una herencia de las construcciones de aristócratas e indianos como la más citada de Villa Rosario, actualmente hotel. Justo en esta orilla del Sella, al pie de la Playa, parte de la burguesía de la época encontró un entorno balneárico apropiado para los baños de sol y de mar, y un lugar perfecto donde residir en largas estancias estivales. En esta zona urbanizada se entremezclan nuevas edificaciones con las muestras constructivas modernistas de principios del siglo XX. Caminar por el paseo de la playa es un ejercicio válido en cualquier época del año.
Existen pocas playas en el Cantábrico que dibujen una panorámica tan espectacular y que están circundadas …
En su vertiente oriental, la playa de Santa Marina concluye en la llamada Punta del Arenal, donde la ría del Sella toma su última curva antes de desembocar al mar. Este puntal era antiguamente un territorio mucho más vasto, zona de dunas, varadero de lanchas y solar de industrias balleneras. La posterior urbanización de la zona conocida hoy como «La punta» fue cambiando el uso de esta zona y su fisonomía.
Los atractivos de la orilla Oeste del Sella son más que la propia playa y sus joyas arquitectónicas. Muy cerca se encuentran las cuevas de Tito Bustillo y el macizo de Ardines, un entorno de asentamientos paleolíticos con numerosas muestras de arte rupestre magdaleniense que lo convierten en uno de los santuarios prehistóricos del mundo.
La cueva de Tito Bustillo es uno de los grandes santuarios del arte paleolítico de Europa. Forma …
En la cima del propio macizo de Ardines encontramos además otro estupendo mirador de la villa. Tomando la N-632 dirección Gijón, y apenas abandonado el casco urbano ascendemos por la AS-341 en dirección a la aldea del Carmen. Tras 100 metros recorridos abandonamos esta carretera para continuar a la izquierda en dirección al área recreativa de la Moría. Esta planicie es un lugar de recreo muy frecuentado con el buen tiempo y una atalaya única para disfrutar de la vista del pueblo. La panorámica es amplia: Ribadesella y su puerto, la bahía y desembocadura del Sella, la ermita de Guía, la playa de Santa Marina…
Este mirador cuenta con unas vistas privilegiadas de la playa de Santa Marina, tiene acceso rodado y cuenta …
También descubrimos el extenso parque natural del Malecón, una marisma alargada que delimita al Sur el paseo de la Playa. El Malecón alberga un gran valor ecológico y es un lugar de paso para las aves migratorias. Se puede descubrir su fauna y flora paseando por el propio parque. Existe una via asfaltada y una serie de pasarelas y torretas para verlo todo muy de cerca.
Si nos decidimos por subir al Monte Somos, ascendiendo una estrecha carretera que parte justo en el límite occidental de la playa, descubrimos también una vista inmejorable de la playa y descubrimos que el pueblo aún continúa hacia el oeste en extensas urbanizaciones que se vienen construyendo desde los años 80. En su extremo occidental, la playa entronca con un pequeño recorrido bajo la falda del Monte Somos hasta el espléndido mirador de la Punta del Pozu, un lugar único para contemplar la fuerza del cantábrico durante las marejadas, pero también para presenciar los amaneceres más espectaculares .Al final de este paseo, en las lajas verticales del acantilado, existe un rastro de huellas de dinosaurio. Uno de los más representativos de la costa jurásica asturiana.
En la costa oriental de Asturias cada día que pasa aparecen más fósiles y huellas de una fértil …
Aún podemos disfrutar de un paseo más si volvemos a cruzar el puente en dirección al casco urbano y tomamos hacia la derecha una vez que concluye. Desde el mismo podio del Descenso Internacional parte el paseo de Los Vencedores del Sella, que discurre junto al río hasta el barrio del Cobayu y que continúa más allá. Este paseo nos descubre al final el área natural de la Mediana. Frente a nosotros se extiende un vasto territorio llano, una joya fluvial, fértil y hermosa que ha sido declarada recientemente entorno protegido y que quizás en un futuro cercano cuente con lo necesario para garantizar un paseo a pie, uno más de los muchos que Ribadesella proporciona a sus habitantes y turistas y que la convierte en una de las villas con más perspectivas de sí misma.
El municipio de Ribadesella no es demasiado extenso, así que acercarse a todos sus atractivos es fácil y rápido. Para empezar a todos los pueblos y aldeas que salpican su naturaleza envidiable, cada cuál con una idiosincrasia propia, atractivos singulares y buena gastronomía. Además, en las inmediaciones del casco urbano podemos toparnos con varios monumentos naturales de visita obligada, fabuloso patrimonio artístico como la iglesia de San Salvador de Moru, playas salvajes y otros numerosos atractivos en forma de actividades de aventura o rutas por la costa cercana, incluyendo los magníficos saltos de agua o bufones.
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Ribadesella fue una de las cunas mundiales de la civilización paleolítica, con generaciones y generaciones de hombres que crecieron y se multiplicaron en torno al estuario del Sella. Una perenne continuidad de vida que se extendió durante 25.000 largos años.
El potencial del paleolítico en Ribadesella iguala, al menos, los tres focos más importantes del mundo. Los complejos de La Garma y El Castillo en Cantabria, y Les Eyzies en Francia.
Desde 2008 la cueva es PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.
La llamada Galería de los Caballos, en la que abundan las composiciones grabadas sobre la roca, reúne distintas figuras de dicho animal junto con las de algún gran bóvido de los tiempos glaciares (uros o bisontes) y la de un reno. Por la similitud técnica y estilística que ofrecen todas esas representaciones se las puede considerar como contemporáneas.
Por otro lado, resulta que en el panorama mundial no se conoce ninguna densidad de motivos sexuales como los que se concreta en Tito Bustillo y el Macizo de Ardines.
Las representaciones fálicas encontradas son la primera muestra de sexo masculino dentro el arte rupestre conocido. Así lo mantiene el prehistoriador Rodrigo de Balbín, el hombre encargado de dirigir las prospecciones arqueológicas en el entorno de Tito Bustillo. Cuando el equipo de investigación encontraba los esbozos de penes diseñados por el hombre paleolítico en las estalagmitas de la cueva de la Lloseta, ya advertía el catedrático de su extrema singularidad. Es más, el sujeto varón nunca buscó su réplica directa en el arte de la época; si lo hacía era de forma transfigurada y animalizada. Encontrar material sexual referente al varón, y de forma tan explícita, concede a los últimos hallazgos de Ardines una nueva dimensión a nivel mundial. Realmente hasta le fecha no se tiene constancia ni documentación alguna de una simbología similar, puede que exista, pero nadie la ha encontrado, sostiene el catedrático de prehistoria.
Una estalagmita central sube metro y medio de alta y está pintada en su totalidad con óxido férrico, lo que le confiere un color rojo. La pintura contiene además varias capas de pigmento, creando un grosor que no es el habitual en las muestras pictóricas del paleolítico. Se trata, claramente, de un acto de reforzamiento del motivo sexual, el rojo de por sí añade a la pintura rupestre un valor vitalizante.
La caverna de la Lloseta se encuentra en la parte superior de Tito Bustillo, a la altura de la galería central de los caballos. Ambas cuevas están comunicadas a través de un orificio abierto en el entramado kárstico. La Lloseta, por otro lado, se encuentra a escasos 300 metros del también singular Camarín de las Vulvas, un espacio donde los prehistóricos significaban la fecundidad de la mujer, y una de las escasa muestras sexuales femeninas del arte rupestre conocido por los académicos.
Los últimos hallazgos permiten a los investigadores unir cabos de una manera que multiplica por mucho las teorías sobre la longevidad cultural del paleolítico riosellano. Y es que la antigüedad de las nuevas pinturas, unos 25.000 años, pasando por la constatación del camino intermedio ampliamente reconocido, 10.000 del Magdaleniense, hasta los 7.000 del Aziliense, demuestran que, al menos, el hombre de Cromañón habitó Ribadesella por un dilatadísimo periodo de 18.000 años, sin contar los que se sucedieron después y que confirmarían los 25.000 años al completo que precedieron al nacimiento de Cristo.
El descubrimiento de la cueva y todas las investigaciones que se han sucedido en las últimas décadas, así como los principales hallazgos de este enclave prehistórico, pueden conocerse con detalle dentro de las instalaciones del Centro de Arte de Tito Bustillo. Centro que puede visitarse todo el año pues no tiene horarios restringidos ni aforo limitado, como si sucede con la cueva natural.
El centro de arte rupestre de Tito Bustillo es un lugar idóneo para conocer de primera mano uno de …
La tramitación de reservas para grupos se puede realizar a través de los teléfonos 902 306 600 o 985 185 860.
Las entradas se pueden adquirir en el mostrador del Centro de Arte o a través de la web www.centrotitobustillo.com
En ambos sitios pueden comprar también las entradas del Centro y la Cuevona de Ardines así como de todas las actividades que desarrollan en verano.
Abierta del 1 de marzo al 29 de octubre de 2023.
Horarios:
De miércoles a domingo, de 11:00 h. (primer pase) a 17:00 h. (último pase).
Cerrado, lunes y martes, y los días 6 y 7 de agosto.
· General: 4,14 €.
· Reducida: 2,12 €.
· Grupos a partir de 20 personas.
· De 7 a 11 años.
· Mayores de 65 años.
· Familias numerosas.
· Carnet internacional de estudiante.
· Carnet joven acreditados.
· Personas con discapacidad acreditadas.
· Talleres individuales: 2,50 €.
· Talleres escolares: 2 €.
· Gratuita: Grupos de enseñanza y guías oficiales previa solicitud.
· Día de acceso gratuito: miércoles y 18 de mayo (Día Internacional de los Museos).
· La visita está restringida a un número máximo de 30 personas al día, por lo que en los periodos de máxima afluencia es imprescindible realizar la compra online de las entradas con mucha antelación. Del 1 al 16 de mayo la visita está restringida a un número máximo de 40 personas al día, y del 18 de mayo al 30 de junio, a 50 personas al día.
· Las visitas son exclusivamente guiadas en castellano.
· Imprescindible máxima puntualidad. El cliente debe acudir a la recepción del Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo, situado a 200 metros de la entrada a la Cueva, como mínimo con 30 minutos de antelación respecto al horario de pase reservado, para identificar su reserva. En caso contrario perderá su derecho de entrada.
· La edad mínima para acceder a la Cueva es de 7 años.
· Se desaconseja la visita a personas con dificultades de visión o movilidad.
· No se admiten devoluciones ni cambio de entradas por cancelación del cliente o por no llegar a la Cueva con la antelación adecuada.
· Tampoco se admiten cambios de fecha ni modificaciones en la tipología de entrada.
Tiene toda la información acerca de la compra de entradas, horarios, tarifas y condiciones en el link que le proporcionamos. Para realizar una reserva online en Tito Bustillo
Para grupos organizados de 20 o más personas, es necesario realizar la reserva a través del teléfono 902 306 600 / 985 185 860 o reservas@turismoycultura.asturias.es
La Cuevona de Cuevas del Agua (no confundir con la Cuevona de Ardines, referente rupestre en las inmediaciones de Tito Bustillo), es uno de los escasos ejemplos mundiales de cavidades por las que serpentea el asfalto.
La grandiosidad de sus bóvedas, iluminadas para mayor satisfacción de conductor y acompañantes, y los cerca de 300 metros de recorrido conceden una sensación desconocida frente al volante. Es fácil deducir que esta inmensa caverna ha sido desde siempre el único acceso a la aldea de Cuevas del Agua. Un paso que anteriormente discurría por un vial habilitado por los vecinos, y que la modernidad y la urgencia de las comunicaciones, convirtió en el último tramo de una carretera local que muere poco después de atravesar la cueva.
Conserva unas excelentes formaciones calcáreas, y es un campo de experimentación privilegiado para los más pequeños, que acompañados de sus profesores pueden iniciar su primer reconocimiento de un medio a menudo poco accesible. Es fácil así identificar las diferentes zonas de la cueva, aquéllas donde se desarrolla la vida, sea en el límite con la luz, en la oscuridad total, en el medio terrestre o en el acuático. Se catalogan las algas y hongos, líquenes, musgos, helechos, condicionados siempre por la mayor o menor luminosidad. También la fauna cavernícola: los huéspedes ocasionales y los que la habitan permanentemente, con especial hincapié en los murciélagos. Los niños también efectúan mediciones de temperatura, humedad, luz…
El pueblo de Cuevas goza además de una situación privilegiada, su orografía envidiable a orillas del río Sella y al pie de la montaña, unido a su peculiar acceso, la convierten de alguna manera en una auténtica aldea pérdida, donde se conservan como en pocos lugares las señas de identidad de la vida rural. Se trata del pueblo del municipio con mayor número de hórreos. Junto con las cercanas poblaciones de Tresmonte y Xuncu ofrece numerosos elementos etnográficos y muestras de arquitectura tradicional. La teoría también se aplica en la ruta de los molinos, senda que parte del propio pueblo y que resulta especialmente interesante porque permite asistir in situ a una demostración de cómo funcionaban estos ingenios hidráulicos de otra época.
La Cuevona es, en suma, el único paso a un paraje no inaccesible, pero si sorprendente, casi secreto, donde la tranquilidad es la misma que siglos atrás, y donde casas y hórreos conviven con el río silencioso, los hombres a caballo, las vacas y gallinas por los caminos, las hortensias y las coles.
En este entorno se puede disfrutar de una comida de picoteo, unos vinos o unas copas en un ambiente relajado.
Cruza la Cuevona y disfruta …
Cuevas del Agua es una localidad de apenas medio centenar de habitantes a unos siete kilómetros de la villa de Ribadesella.
· Para llegar aquí partimos del casco urbano, cruzamos el puente dirección a la playa y giramos en el primer desvío a mano izquierda, hacia las Cuevas de Tito Bustillo. Unos 900 metros después, pasamos los pueblos de La Huertona y Sardalla; unos 700 metros más allá al coronar un tramo ascendente encontramos la señalización a Cuevas del Agua. Desde esta bifurcación seguimos la carretera hasta el final.
La playa de Vega es una de las más extensas de Asturias y una de las pocas del norte que conserva un importante sistema dunar. Muy próximo a él descubriremos restos jurásicos. Vemos las rocas que emergen en la arena cuando se retira el agua, la espuma salvaje de esta parte del Cantábrico, los minerales raros que se encuentran por esta zona cargada de tradición minera. Como el espato flúor o fluorita. El de Vega es único en Europa en composición y tonalidades. También está el oleaje particular de Vega, que muchos días convierte en peligroso el baño y otras veces lo permiten para disfrutar el doble. Una playa muy abierta al mar que hace las delicias de los surfistas. También del colectivo naturista, que desde hace décadas frecuenta el extremo más occidental del arenal.
Bañarse en Vega es hacerlo en una playa muy natural y muy abierta al mar, donde se siente la fuerza de la sal marina en alto grado. Podemos pasear por sus cerca de dos kilómetros de extensión y empacharnos de arena fina y paisaje dunar,
Si caminamos hacia la punta Oeste, hasta el final mismo, descubrimos que a partir de allí la costa se vuelve escabrosa. En esa punta se inicia uno de los dos pedrales de Vega, el que tiene un aspecto más moreno y arisco, aparentemente estéril para otras vidas. El pedral del margen oriental de la playa conecta sin embargo con una morfología más conocida, acantilados bajos y playas de cantos rodados.
De regreso, caminamos pegados al acantilado arcilloso, tostado como el café, cuyo origen datan los entendidos en el periodo Jurásico. Resulta que hace millones de años hacía en Vega un calor sofocante. Todo lo ocupaba una inmensa jungla de pantanos que formaban parte de un delta infinito que alcanzaba la misma Castilla. Todo era llano, aún no se conocían los modernos plegamientos, y los dinosaurios pisaban por aquel inmenso fangal dejando rastros imborrables para un interés futuro. Así que en Vega también se intuye el Jurásico y un pasado remoto.
En la costa oriental de Asturias cada día que pasa aparecen más fósiles y huellas de una fértil …
Como herencia de los antiguos pantanos, las corrientes de agua van y vienen por la playa aún en bajamar. Si levantamos la vista mientras caminamos descubrimos que aquello es lo más parecido a un desierto. Eso sí, marítimo y de horizonte verde, con manantiales marinos que resultan casi un espejismo. También figuran en este escenario dunas espectaculares, con flora inhóspita y protegida, más propias de una «película del oeste» que de una playa asturiana.
El entorno de la playa ha sido adecuado, una actuación de tinte ecológico que llevó a cabo la Demarcación de Costas. Se puede pasear por un sendero, con el mínimo artificio y de estética rústica, y recorrer el paisaje dunar; existen también aparcamientos y vestuarios aunque son instalaciones respetuosas con el medio. En el pueblo de Vega también encontraremos servicios de hostelería con muy buen servicio.
La carretera por la que salimos de Vega camino de la N-630 tampoco tiene desperdicio. Pues circulamos a los pies del desfiladero de Entrepeñas, una zona mágica de grandes agujas de roca apuntando al cielo y unos perfiles extraños que ya han sido declarados Monumento Natural. Si queremos pararnos un rato a contemplarlo tenemos a nuestra disposición una pequeña área recreativa.
En el cruce con la nacional, un kilómetro más arriba, vemos frente a nosotros la Mina Ana, aún en funcionamiento. Un claro exponente de la actividad relacionada con el espatoflúor que suscitaba y suscita interés en varios puntos de Europa. De hecho los alemanes llevan viniendo mucho tiempo a Vega, desde principios del siglo XX. En un principio venían geólogos y aventureros en busca de minerales preciosos en constitución. El espatoflúor llegó a dar lugar a una pequeña vía comercial con Alemania desde Ribadesella. Hoy en día aún se advierte la presencia de las rulós de los alemanes, que se acercan a Vega en busca de naturaleza, calma y la tradición por los minerales bellos que profesan sus padres y abuelos.
La playa de vega es una playa ideal para la práctica del surf, con mucho mar de fondo por su orientación Noroeste, y con picos de derecha e izquierda a lo largo de toda la playa que funcionan bien con todas las mareas. El más buscado por los surfistas habituales es el conocido como Supermán, en el extremo oriental del arenal.
Surf Camp Ribadesella como escuela de …
Observamos también cómo el río Sella, que desemboca en la misma playa, crea un estuario de los más bellos de Asturias. La ría perfila una gran curva y suavemente se mezcla con el mar. Se trata de un delta que, además, añade a la playa su dimensión naútica, pesquera y recreativa.
A pie de arena descubrimos que la playa de Santa Marina no es un playa más, sino un espacio de un kilómetro y medio de longitud donde se conjuga patrimonio, historia, turismo, sociedad y ecología. La idiosincrasia de este arenal deriva de un pasado diferenciador. Antes del siglo XIX permaneció inalterable, en bruto, comunicada por lanchas, como una isla solitaria en forma de concha, próxima a un extenso humedal que era el hábitat idóneo para numerosas especies de aves migratorias. La playa estaba flanqueada por el monte Somos y el Corberu, dos promontorios igualmente vírgenes por aquel entonces.
Cuando en 1898 entró en servicio el puente metálico sobre la ría, el Arenal recordaba los parajes inhóspitos que tanto inspiraban a los pintores de la época. Pero la mejora de la comunicación con el arenal trajo la primera colonización urbanística de la zona. Villas, palacetes y chalets modernistas que hoy en día guardan todo su encanto y que confieren a Santa Marina esa estampa única con la que se deleita el paseante contemporáneo, sorprendente por su coquetería arquitectónica.
La playa de Santa Marina es arena, mar, baño, sol, surf, footing, … pero es también contemplación y admiración. Transitando por su paseo marítimo la playa transmite muchas sensaciones nuevas para el que no la conoce. La playa forma parte también del Camino de Santiago, desde ella el Camino se dirige a San Pedro, Abeu y Leces, donde hay un albergue de peregrinos.
Su urbanismo peculiar no deja indiferente. A pie de playa descubrimos las construcciones de los primeros veraneantes: miembros de la aristocracia y la alta burguesía madrileña y regional que llegaban a la playa atraídos por el fenómeno balneario de moda por aquel entonces. Por iniciativa de los marqueses de Argüelles, en 1910, abrió sus puertas el balneario de la playa, ofertándose servicios de baños de mar, yodo y algas. Poco después comenzaron la construcción de chalets alineados frente al mar como el de la propia Marquesa de Argüelles, Villa Rosario, el chalet de Antero Prieto (posteriormente Uría Aza) y Villa San Pedro. Ejemplos claros de este periodo.
Durante los años 20 y 30, el arenal de Santa Marina se fue configurando como una diminuta ciudad jardín que antes de la Guerra Civil ya estaba formada por una treintena de suntuosos chalets. Proliferan en estas construcciones elementos arquitectónicos como torres, miradores acristalados y terrazas. Hasta los años 60 esta ciudad jardín no sufriría los efectos del desarrollismo. A partir de entonces, las vacaciones aristocráticas de tres meses darían paso a las vacaciones menores y los fines de semana de la clase media. A finales de los 80 y principios de los 90, se introdujo en el Arenal la cultura del adosado, en su versión relacionada con la segunda residencia, de lo que también hay claros ejemplos a pie de playa.
En materia de ocio playero, Santa Marina es un playa populosa en verano, con una ocupación medio alta y propicia para los deportes náuticos en su entorno y en la ría anexa.
Los accesos peatonales a la arena son cómodos y fáciles con escaleras y rampas. Dispone de servicio de socorrismo, advertencia de peligro mediante megafonía, duchas y servicios higiénicos. También podemos sentarnos en una de sus terrazas, saborear un buen aperitivo y unas cañas y dejar que pase el tiempo plácidamente, disfrutando de su gran ambiente estival.
Santa Marina ofrece múltiples facetas para el disfrute en todas las estaciones. Ya hemos citado su paseo, único en su especie al conjugar un paisaje marítimo entrañable, una arquitectura muy personal o yacimientos jurásicos. En su entorno inmediato también podemos recorrer el Parque Natural del Malecón, un humedal habilitado con plataformas y senderos que nos ayudan a descubrir toda su riqueza ecológica, entre la que destaca una gran colonia de patos silvestres.
Biblioplaya. El servicio estará abierto desde el 1 de julio hasta finales de agosto del 2022 siempre que las condiciones meteorológicas no lo impidan. Abrirá de lunes a viernes en horario de 14:00 a 19:30 h y los sábado de 16:00 a 18:30 h. Pone a disposición de los usuarios un fondo bibliográfico integrado por literatura infantil y juvenil, cómics, novela y libros divulgativos. Además de revistas y prensa, dos diarios regionales, y un diario deportivo.
Como complemento al servicio de lectura y préstamo de libros, también se organizan dos talleres infantiles semanales gratuitos los martes y jueves de 17:00 a 18:00 h. Están dirigidos a niños/as de 5 a 10 años. Las inscripciones se realizarán en la caseta de la Biblioplaya. Hay plazas limitadas.
Queda prohibido el acceso de animales domésticos a las aguas y zonas de baño, así como a la playa y zonas señaladas, a excepción del que resulte preciso para el desarrollo de actividades debidamente autorizadas por la autoridad sanitaria competente.
· Los animales domésticos podrán acceder a la zona intermareal de la arena fuera de la temporada de salvamento de playas.
· Durante la temporada de salvamento de playas el acceso de los animales domésticos a la zona intermareal de la arena podrá producirse entre las 21:00 y las 08:00 horas.
El hecho de que cualquier persona interesada pueda descubrir este tesoro rupestre cualquier día del año, convierte al centro en acceso virtual a una cueva que por motivos de conservación permanece cerrada varios meses al año. Además, en el centro pueden disfrutarse conjuntos artísticos que en la Cueva no pueden visitarse por su difícil acceso.
A lo largo del recorrido por el centro, que como media no alcanza la hora de duración, el visitante llega a conocer el origen geológico de la caverna, quiénes la habitaron, cómo vivían y cómo expresaban su mundo en las pinturas; algunas de ellas de un simbolismo inédito en el Magdaleniense mundial. También se abunda en el descubrimiento contemporáneo de este tesoro prehistórico.
El área 1 del centro se dedica en exclusiva al hallazgo de las pinturas en 1968 y su posterior repercusión. Un completo audiovisual recoge el testimonio de cuatro de los descubridores. También se recalca la figura de Celestino Fernández Bustillo, quién falleció días después del descubrimiento y dio su nombre a una cueva que se conocía tradicionalmente como Pozu´l Ramu.
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El área 2 centra sus contenidos en el Macizo de Ardines, uno de los sistemas kársticos más importantes del Cantábrico, donde se encuentran, además de Tito Bustillo, varias cuevas más, algunas comunicadas entre sí y con más muestras de arte rupestre. Una gran maqueta audiovisual nos muestra el origen, la formación de este macizo y un plano interior en el que se indica la situación de los espacios artísticos y las formaciones geológicas más destacadas.
El área 3 comienza su incursión en el grupo humano que habitó la cueva. Las excavaciones arqueológicas revelan una ocupación intensa entre los 15.000 y 11.000 años. Las réplicas de las piezas más relevantes encontradas en estas excavaciones se agrupan según su función vital: confeccionar el vestido, adornarse, cazar, alimentarse… En Tito Bustillo se han encontrado pequeñas esculturas, útiles decorados como arpones, azagayas, varillas o espátulas, y plaquetas de piedra grabadas. Esta zona expositiva cuenta con el apoyo de audiovisuales donde dan testimonio los principales investigadores de la Cueva, entre ellos el director de las prospecciones: Rodrigo de Balbín Behrmann.
El área 4 se ocupa del panel principal de Tito Bustillo, vitrinas y paneles explican cómo se producía el arte rupestre y una espectacular pantalla de seis por dos metros nos permite observar con detalle la formación de este panel, incluyendo matices que no pueden apreciarse en la cueva.
El área 5 deja claro testimonio de los otros nueve conjuntos de arte rupestre que atesora Tito Bustillo y que no es posible visitar. Se han recreado de forma completa los tres espacios más notorios: la Galería de los Antropomorfos, la Galería de los Caballos y el Camarín de las Vulvas. Un vídeo refleja la dificultad de acceso y lo angosta que resulta la Galería de los Antropomorfos, un juego de proyecciones permite ver con toda claridad los finos grabados de la Galería de los Caballos, y una sustancial réplica del paramento del Camarín de las Vulvas nos acerca a figuras de contenido sexual muy poco frecuentes en el paleolítico conocido.
El área 6 profundiza en el protagonismo de Tito Bustillo como Patrimonio Mundial, en su destacado papel dentro del arte rupestre del Cantábrico y en sus problemas de conservación. A través de una gran mesa interactiva podemos ir conociendo más motivos por los que admirar este tesoro que es la cabeza visible del paleolítico asturiano. En este espacio se deja constancia, con réplicas de gran tamaño, de piezas singulares de otras cuevas del Principado.
En 2017 se han incorporado nuevos elementos. Entre ellos un espejo virtual que, utilizando la tecnología del video juego, convierte a cualquier visitante en un hombre, mujer o niño de la Prehistoria. Una divertida imagen que gustará a grandes y pequeños, que también podrán pintar con las manos en un panel táctil de grandes dimensiones que simula una pared de la cueva. También se ha dotado con una mesa interactiva para que cada cual pueda reconocer los útiles procedentes del Paleolítico.
El Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo es además un entorno dinámico y a través de exposiciones temporales y talleres de distinta índole quiere dar un enfoque diferente a la interpretación de este patrimonio con actividades didácticas y lúdicas. Se ofrece una oferta básica según temporada, tanto para público individual como actividades personalizadas para grupos y colectivos organizados de más de 20 personas previa reserva telefónica. Cada taller tiene una duración aproximada de 45 minutos.
· Cerrado del 1 al 31 de enero de 2024.
· Del 1 al 29 de febrero y del 1 de noviembre al 31 de diciembre de 2024
De miércoles a viernes, de 10:00 a 14:30 horas.
Sábados, domingos y festivos de apertura, de 10:30 a 18:00 horas.
Lunes y martes cerrado.
Cerrado: 24, 25 y 31 de diciembre.
· Del 1 de marzo al 30 de junio y del 1 de septiembre al 31 de octubre de 2024
De miércoles a viernes, de 09:45 a 17:30 horas.
Sábados, domingos y festivos de apertura, de 09:45 a 18:30 horas.
Lunes y martes, cerrado.
· Del 1 de julio al 31 de agosto de 2024
De miércoles a domingo, de 09:45 a 19:00 horas.
Lunes y martes cerrado.
Cerrado: 3 y 4 de agosto.
· General: 5,45 €.
· Reducida: 3,29 €. Grupos a partir de 20 personas // De 4 a 11 años // Mayores de 65 años // Familias numerosas // Personas con discapacidad acreditadas // Carnet internacional de estudiante // Miembros ICOM // Pasaporte Rupestre // Club Cultura Principado de Asturias // Pasaporte Cultural // Carnet Escolar // Carnet de alberguista // Carné Joven Europeo // Club Fnac // Club Infantil de Caja Rural // Pasaporte de «Museos de Ciencia. Ruta Norte» // Cupón de descuento EURO 6000 // Asociación de familias numerosas de Asturias.
· Talleres individuales: 2,50 €.
· Talleres escolares: 2 €.
· Gratuita: de 0 a 3 años y Grupos de enseñanza y guías oficiales previa solicitud (solo para visita al Centro y a la cueva de Tito Bustillo en temporada de apertura).
· Día de acceso gratuito: miércoles.
Fuente: Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo.
La cueva de Tito Bustillo es uno de los grandes santuarios del arte paleolítico de Europa. Forma …
Rutas turísticas como la de los molinos en Ribadesella, tratan de recordarnos que en la Edad Media, y tras la sustitución de la fuerza humana por la hidraúlica, los molinos de agua no eran cualquier cosa y que, aprovechando la energía de los ríos, abastecían comarcas enteras de harina de distintos cereales. La producción de estos molinos se incrementó a partir del siglo XVII gracias a la extensión del cultivo de maíz, procedente de América. El hecho de ser un referente para la economía de la comunidad, además de un refugio siempre escondido y agazado entre las orillas fluviales, convirtió a los molinos en objeto de leyenda, sobre todo en materia de rumores sobre amoríos y tejemanejes pecaminosos que tenían lugar en su interior.
En Ribadesella podemos rememorar aquellos tiempos conociendo de primera mano el engranaje de estos molinos y apreciando la alta densidad de los mismos en las orillas de la riega de Tresmonte. Incluso podremos observar sus mecanismos, pues uno de ellos está habilitado y listo para mover sus muelas si accionamos una llave de paso que deja correr al agua con fuerza. Después podemos meternos en el molino y manejar sus palancas para elaborar un puñado de harina que llevarnos de recuerdo.
La ruta para llegar hasta aquí comienza en el pueblo de Cuevas del Agua donde dejaremos el coche. Seguimos la pista que nos conducirá hasta el caserío de Santiago a unos centenares de metros. A nuestra izquierda nos acompaña durante un buen rato el río Sella. Una vez que llegamos al caserío, cruzamos éste hacia el fondo, por donde discurre la riega de Tresmonte. Deberemos de cerrar una portilla campestre a nuestro paso.
Siguiendo el arroyo nos iremos adentramos en un valle estrecho y muy frondoso salpicado de molinos harineros, la mayoría de ellos en avanzada ruina, excepto el llamado Molino de Francisco. Precisamente después de este molino el camino asciende para alcanzar la pista que conduce al caserío de Tresmonte.
La ruta es también un ejercicio botánico, pues descubriremos un extenso muestrario de árboles autóctonos en un corto trecho. Nuestro recorrido se hace bien en una hora de ida y otra de vuelta. Un caminar sencillo, cargado de cultura y naturaleza a la par y muy gratificante, que puede realizarse en cualquier estación del año si el tiempo acompaña.
Habitualmente llamamos túnel a un paso subterráneo abierto de forma artificial. Cuando el túnel se …
Tomando como disculpa este paseo, podemos enfrascarnos en rutas un poco más largas que parten desde esta misma. Si seguimos el camino por el que veníamos llegaremos al pueblo de Tresmonte. Este pequeño pueblo, hoy sólo habitado por una familia, es una buena muestra de la arquitectura popular de la zona, y conocido por haber sido la cuna de nacimiento de D. Manuel Fernández Juncos, defensor del español en Puerto Rico frente al avance del inglés e impulsor de la prensa libre en ese país. En esta aldea olvidada que antaño diera muchos niños y algún personaje ilustre, sentiremos la agradable sensación, a la vez que nostálgica, del paso del tiempo en esas aldeas asturianas que se han convertido en pueblos fantasmas. Rincones cargados de historias y recuerdos que sólo pueden rememorar sus últimos vecinos, dispersados ahora por villas y ciudades.
Desde Tresmonte se retrocederá por la pista hasta encontrar una desviación a la izquierda que se seguirá hasta encontrar otro cruce. En este lugar deberemos decidir por una de las dos variantes:
· Opción 1: desviación a la derecha: se desciende rápidamente hacia el pueblo de Cuevas.
· Opción 2: hacia la izquierda se asciende hasta el Collado Moru, desde donde se pueden contemplar inmejorables vistas panorámicas de la costa de Ribadesella y su entorno, así como una parte importante de los Picos de Europa.
Una cosa es el Descenso Internacional del Sella y otra es el Descenso del Sella en canoa. Este último alienta durante todo el año al primero, lo nutre de deportistas y de forofos de la prueba, prepara a todo el mundo de cara a una fiesta multitudinaria en la que serán protagonistas los palistas de élite, aquellos representantes más en forma de la hinchada del río.
Hacer el descenso del Sella en canoa resulta muy asequible al bolsillo y al estado de forma de cada cuál. Además están las motivaciones extras: disfrutar del paisaje, aprovechar para pegarse un chapuzón, improvisar un picnic fluvial o, si se quiere, tomárselo a pecho y buscar rivales que quieran bajar lo más rápido posible.
La información más completa del descenso del Sella la encontrarás en ribadesella.com
El precio medio por persona oscila entre los 18 € y los 27 €, dependiendo de la época del año en el que nos encontremos. Bajar en grupo o reservar online suele conllevar un descuento en las tarifas de las empresas de deporte de aventura.
El descenso dura entre 4 y 6 horas. Son 15 Km -entre el puente de Arriondas y la localidad de Llovio (Ribadesella)- de gran belleza. Hay empresas que ofrecen diferentes tramos, de menor a mayor recorrido permitiendo así elegir la más adecuada dependiendo de nuestra forma física.
El primer paso es acudir a las oficinas de estas empresas. En sus vestuarios nos cambiamos de ropa y nos aprovisionamos de las palas, la bolsa de comida, el agua y un bote estanco hermético para guardar todo aquello que decidamos que debe acompañarnos en la expedición. El bote también debe utilizarse para guardar los deshechos de nuestro viaje, contaminar el Sella no está permitido. Una vez pertrechados los monitores nos esperan junto al río. Nos indican cómo debemos mover los remos para dirigir correctamente la canoa, y algunas otras cuestiones básicas como explicarnos que aún sabiendo nadar es muy importante llevar siempre puesto el chaleco salvavidas.
Agua, naturaleza, diversión y deporte para todos: niños, adultos y mascotas. Una experiencia deportiva y lúdica que ya han vivido millones de personas….
Cuando todo está preparado comienza la aventura … Poco a poco vamos aprendiendo a manejarnos con la canoa. Atravesamos el primer rápido: La Raíz. Es un rápido sencillo. Después llegará el rabión de la Remolina, la bifurcación y rabión de Fuentes, el remanso del Pozo del Arco, el rabión del Picu la Vieya… Llegamos a la altura de Toraño. En un remanso bajo el puente todo el mundo suele aprovechar para pegarse un chapuzón en aguas tranquilas y reponer fuerzas en las orillas.
La sobremesa no es excesiva y seguimos rumbo al mar Cantábrico. Al poco llegamos al Rabión del Diablo, uno de los puntos más espectaculares del río. El agua coge fuerza entre las rocas. No representa ningún peligro ya que el río no es muy profundo en esta zona, pero se debe llevar el chaleco puesto.
Después atravesaremos La Requexada, la recta más larga de nuestro recorrido, uno de los puntos privilegiados para seguir las evoluciones del Descenso Internacional. Alcanzaremos la presa de Santianes y volveremos a vibrar porque el río vuelve a encabritarse por un rato. Y poco a poco vamos llegando al final. En las orillas de Llovio los monitores esperan para recogernos y conducirnos de nuevo a los vestuarios.
Es difícil decir cuál es la mejor, pues hoy en día todas tienen los mismos protocolos, casi todos ofrecen ofertas por reserva online…; nosotros te ofrecemos un buen número de empresas que son sin duda buenas empresas de deporte de aventura.
Este famoso río discurre por el oriente de Asturias, sus 60 kilómetros han abierto en la naturaleza otras posibilidades de aventura. El paisaje en sus inmediaciones es muy apropiado para esto. En las zonas altas del río podremos disfrutar del barranquismo o la espeleología. Un poco más abajo, en Cangas de Onís, nos metemos de lleno en el paisaje de los Picos de Europa y sus posibilidades de rutas a pie o en 4 x 4; el curso del río en este tramo es más apropiado para el rafting. Más abajo aún, en Arriondas, si ya nos hemos subido a la canoa podemos empezar con el senderismo, recorriendo la impresionante Sierra del Sueve. En Ribadesella, ya en la costa, en plena ría del Sella deberíamos atrevernos con los deportes naúticos o subirnos a un quad o a un caballo; descubrir las rasas costeras, los valles y las sierras circundantes, las playas…
El Museo Jurásico de Asturias (MUJA) está ubicado en la llamada Rasa de San Telmo, en el concejo de Colunga, a medio camino de la capital del concejo y la localidad de Lastres, con un acceso en pendiente que parte de la AS-257. Desde este promontorio existen unas vistas magníficas de la costa oriental asturiana, y el museo se convierte en mirador omnipresente del paisaje jurásico que hay a sus pies y que ha decidido catalogar. Así que el primer mérito del museo lo encontramos desde esta posición, en el exterior, contemplando la panorámica marítima que se abre a nuestros ojos.
Su singular arquitectura en forma de huella tridáctila le concede su segundo mérito y abre muchas expectativas más. Una vez dentro contrastamos que el interior es igual de espectacular, con espacios amplios y diáfanos en los que tiene cabida una era importante en la vida del planeta tierra: el Mesozoico, incluyendo el periodo Jurásico en el que habitaron los dinosaurios. Caminamos por sus pasarelas elevadas y quedamos prendados de las réplicas (una veintena) que llenan el espacio. La escena central representa a una pareja de tiranosaurios copulando. Superan los 12 metros de altura, y si tuvieran carne superarían las 10 toneladas de peso.
Encontramos otras réplicas grandilocuentes, como la del Gigantosaurio, el mayor de los dinosaurios carnívoros conocidos, perteneciente a la fauna argentina. También vemos un Deynonichus (Garra terrible), un animal jurásico emparentado con las aves y paradigma de los depredadores.
Estos colosos son una analogía a las claras de la envergadura del edificio, cuya superficie total entre la planta primera, la baja y el sótano se acerca a los 5.000 metros cuadrados. La impronta del dinosaurio queda también reflejada en las tres inmensas bóvedas de planta elíptica que hacen de techo de la instalación. Una garra enorme para atraparnos dentro por un buen rato.
La planta baja y la primera planta se distribuyen en consonancia con las citadas bóvedas en tres grandes zonas según las divisiones temporales del Mesozoico (Cretácico, Jurásico y Triásico). En el sótano se almacenan aún más de 400 toneladas de fósiles de la costa jurásica a la espera de una adecuada catalogación y posterior exhibición en el museo. En la primera planta encontramos espacio para sala de exposiciones temporales, sala de espera, servicios públicos, espacios privados de administración y dirección del Museo, almacenes generales y talleres e instalaciones generales del edificio. Así como fondos museísticos, biblioteca, laboratorio, taller de investigación y de restauración para trabajar con el material paleontológico. En la planta baja encontramos el vestíbulo, sala de audiovisuales y en ella, se inicia la sala de exposición permanente, con referencias gráficas, textuales y fósiles al tiempo anterior al Mesozoico, el propio Mesozoico y el Jurásico en particular. En la parte posterior de esta planta se ha previsto un salón de actos con capacidad para cien personas. Este salón está pensado para albergar varias funciones en la trayectoria científica y divulgativa del MUJA: proyección de cine en dos y tres dimensiones, multimedia, proyección de diapositivas, transparencias y accesorios completos para impartir cursos, seminarios o mesas redondas.
En materia de contenidos cabe decir que el tiempo es el gran hilo conductor del MUJA.
Una secuencia temporal que abarca los tres periodos mayores del Mesozoico: Triásico (250-205 millones de años antes de nuestra era), Jurásico (205-140 millones de años) y Cretácico (140-65 millones de años). Hay una especial dedicación a las distintas faunas de dinosaurios durante el Mesozoico y a las transformaciones de la geografía europea a lo largo de esta era, con un módulo dedicado a explicar la historia geológica de Asturias. Un periodo, el asturiano, que contiene porciones de los 600 últimos millones de años de la vida en la Tierra. Se hará hincapié en el Jurásico litoral, desde los niveles marinos de la formación Gijón hasta los canales representados en la formación Lastres. Por otro lado, el tiempo transcurrido desde el principio de la vida en la Tierra (3.500-3.800 millones de años) se expone en un pequeño módulo introductorio. Con todo esto se pretende dejar patente la magnitud del tiempo geológico y la dinámica de la evolución de los organismos vivos. También tienen cabida los acontecimientos posteriores al Mesozoico (Terciario y Cuaternario, últimos 65 millones de años). La idea es ilustrar los factores que han determinado la composición actual de la vida en el planeta.
La colección fundacional del MUJA está compuesta por unos 8.000 ejemplares de fósiles procedentes exclusivamente del Jurásico asturiano. La muestra se articula en cuatro núcleos principales: icnitas de dinosaurio (unas 150 huellas extraidas del litoral de la región), restos de vertebrados (200 restos de dinosaurios, cocodrilos, tortugas y peces), fósiles vegetales (103 muestras de restos vegetales y 11 fragmentos de troncos de gran tamaño) y elementos de invertebrados (más de 6.000 ejemplares de ammonoideos y braquiópodos). El ritmo de crecimiento de las piezas que componen la colección se presume alto. Hasta la fecha ha crecido anualmente en una media de 30 grandes ejemplares y más de un millar de pequeños. La aparición del MUJA, en su vertiente de investigación y académica, con personal e infraestructura propia para las prospecciones, tal y como reclamaban los expertos, hace pensar que los hallazgos irán en aumento sin ninguna duda.
La costa jurásica asturiana venía reclamando desde hace varios años una institución museística de este tipo, un inmueble amplio y atractivo que concediera verdadero valor a los hallazgos continuados durante años. Los investigadores también venían reclamando más medios y planificación en el estudio; aseguraban que con apoyo oficial se podría otorgar a esta costa el título de mejor yacimiento Jurásico de Europa. De momento, la Costa Jurásica está a la espera del distintivo de Patrimonio de la Humanidad que concede la UNESCO.
En la costa oriental de Asturias cada día que pasa aparecen más fósiles y huellas de una fértil …
· General: 7,21 €.
· Reducida: 4,75 €. Grupos a partir de 20 personas, niños de 4 a 11 años, familia numerosa, personas con discapacidad, mayores de 65 años y miembros del ICOM.
· Miércoles entrada gratuita.
· Entrada gratuita de 0 a 3 años y para profesores previa acreditación.
· Talleres didácticos: 2 €, sin entrada al Museo.
· Alquiler audioguía: 1,76 €.
Tendrás descuento en la tarifa general si tienes alguno de estas tarjetas: Fnac, Carnet escolar, Carnet Joven Europeo, Club Cultura Asturias, Pasaporte Museos de Ciencia Ruta Norte, El Club de mi caja (Caja Rural Asturias), Pasaporte Cultural, REAJ, Asociación familias numerosas Asturias, Cupón de descuento Euro 6000.
· FEBRERO, y DEL 2 DE NOVIEMBRE AL 31 DE DICIEMBRE
Miércoles, jueves y viernes, de 10:00 a 14:30 horas.
Sábados, domingos y festivos de apertura, de 10:30 a 18:00 horas.
Lunes y martes cerrado, excepto 6 de diciembre.
Cerrado: 24, 25 y 31 de diciembre y del 1 al 31 de enero.
· DEL 1 DE MARZO AL 30 DE JUNIO Y DEL 1 DE SEPTIEMBRE AL 1 DE NOVIEMBRE
Miércoles, jueves y viernes, de 10:00 a 17:00 horas.
Sábados, domingos y festivos de apertura, de 10:30 a 18:30 horas.
Lunes y martes, cerrado, excepto 31 de octubre y 1 de noviembre.
· JULIO Y AGOSTO
Todos los días, de 10:30 a 19:30 horas.
· Se recomienda la adquisición de la entrada online a través de la web; o del servicio de venta telefónica a través del teléfono 985 185 860, disponible de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas.
Fuente: Museo Jurásico de Asturias
Calles en su mayoría estrechas y angostas, empedradas como las de antes y siempre en pendiente, son las mil y un arterias pequeñas por las que transita la vida social de unos hogares que parecen colgar hacia el abismo y que desde siempre han tenido en el mar el reflejo exacto de su propia inclinación. Destacan las hermosas balconadas por doquier y la cercanía de las casas entre sí, que parecen haber sido construídas para arroparse mutuamente de los embites del Cantábrico. El laberinto es de paredes blancas, salitre y caprichosas simetrías. Se cuentan en Lastres más angulos y perspectivas que en ningún otra villa de las inmediaciones.
Casi desde cualquier punto se divisa el bello puerto lastrino. Actualmente, alrededor de medio centenar de embarcaciones atracan allí. Después de ser remodelado en 1995 con la construcción de un espigón de 55 metros, se sitúa a la cabeza de actividad en la franja costera oriental. Las aproximadamente 400 toneladas de pescado anuales, con 8 toneladas al mes de merluza, 6 de congrio y 5 de rape y salmonete, siguen permitiendo que a la cofradía lastrina le cuadren las cuentas y que el pueblo siga presumiendo de vivir de cara al mar, como siempre.
En los círculos balleneros siempre ocupó Lastres un lugar destacado, también sirvió de fortín ante posibles invasiones por mar. De ahí que antaño tuviera un fuerte, conocido como «El Castillo», del cual aún se conservan parte de sus muros.
Hoy en día la tradición pesquera sigue alimentando su leyenda. Las especies marinas, una vez que son desembarcadas en puerto, salen a la venta en una popular subasta que, día tras día, se sucede en la lonja de pescado. Pescaderos venidos de todos los lugares de la región encuentran una garantía para sus ventas en la actividad marinera de una localidad con una curtida experiencia en la pesca de bajura y de altura.
Recientemente, y para dar mayor empuje a su propia realidad marinera, se aprecian atisbos de recuperación conservera con una iniciativa de carácter artesano integrada en las instalaciones del muelle y que ya saca al mercado 3.500 kilogramos de anchoas al año.
La nueva empresa se nutre exclusivamente de las capturas de barcos locales, y su proceso artesano y laborioso estará destinado a las tiendas de «delicatessen». Se da, así, un primer paso para contrarrestar la huida del capital pesquero y rescatar parte de la importancia alcanzada por las conserveras locales a principios del siglo XX. Por aquel entonces se contabilizaban en Lastres 10 empresas de este tipo, cuyos vestigios y ruinas aún se dejan ver en las inmediaciones del muelle.
Lastres está declarado Conjunto Histórico, lo que también le convierte en un punto de interés turístico. Es sin duda una buena estancia. A la agradecida brisa marinera y a la bella formación del núcleo urbano, cabe añadir un buen número de argumentos gastronómicos, ya que siguen teniendo presencia restaurantes especializados en todo tipo de pescado. La cocina lastrina es deudora de su puerto, de las redes, nasas y anzuelos, pero también del saber culinario de las casas, que durante siglos han tenido en el pescado el primero y más sabroso de sus platos. Un buen plato de pescado es aquí una garantía y picamos por propia convicción.
Si tiene tiempo acérquese a la Torre del Reloj, una emblemática torre que conjuga las funciones de campanario y lugar de vigía, construida en 1751, y reconstruida gracias al esfuerzo de un grupo de mujeres. También es interesante la visita a la Iglesia parroquial de Santa María de Sábada, de 1751, que entremezcla los estilos clásico y barroco, o las ermitas de San José, San Roque (donde está localizado un hermoso mirador del puerto y el litoral colungués) y el Buen Suceso. Casonas y palacios como el de la familia Victorero, del s.XVIII, el de los Robledo, de principios del s.XVIII, y el de los Vallados, del s.XVIII, es otra riqueza,de tipo cultural, con la que cuenta esta villa.
Lastres y su costa adyacente se asientan además sobre los acantilados con más historia de la región. Los terrenos terciarios del jurásico son otra alternativa posible para acercarse hasta aquí, incluyendo la playa de la Griega, con imponentes huellas de dinosaurio.
En la costa oriental de Asturias cada día que pasa aparecen más fósiles y huellas de una fértil …
La villa de Llanes es puerto, mar, pesca, pero también una villa moderna a la vez que solariega, con aires tanto de ciudad medieval como de ciudad decimonónica, salpicada también por mansiones altaneras y coloristas de principios del siglo XX. Quintas y palacetes de gran valor arquitectónico que constituyen el legado indiano de los que un día abandonaron la patria chica para hacer las américas.
Dentro del núcleo urbano de Llanes se recorta la Playa del Sablón, una cala coqueta, limpia y protegida, por encima de la cual discurre un largo paseo por el acantilado.
El inolvidable Paseo de San Pedro se acerca al kilómetro de recorrido. Se trata de un sendero allanado y fértil desde el que se descubre la realidad de la villa, una «llanera» entre el mar y la montaña.
Esta playa urbana tiene unas dimensiones de unos 100 metros de longitud por 42 metros de anchura, en bajamar …
El Paseo de San Pedro es uno de los puntos neurálgicos de la villa de Llanes. Al menos lo es para el …
Nos adentramos en el casco urbano, perdemos la perspectiva de conjunto pero la ganamos en detalles. Las callejuelas del casco antiguo, en las que prolifera la actividad comercial de la villa, dan lugar a un circuito caprichoso cargado de motivos y empedrados en los que se inscriben una arquitectura a medida, de proporciones justas y respetuosas con un urbanismo mimado.
Llegamos a la ría, mínima y singular, adentrándose con sus lanchas y sus redes en el centro neurálgico de la sociedad llanisca. Nos espera en el puente principal de la villa una «menina» velazqueña ataviada de llanisca Desde aquí hasta el mar abierto nos espera un paseo de solera marinera y trajín acuático. En el tramo inicial esperan los botes y las gaviotas, los reflejos de la villa que abraza su ría con fuerza en un calado menor.
Llanes cuenta desde la primavera de 2023 con un nuevo reclamo turístico que, a buen seguro, se …
El agua y la tierra buscan más profundidad un poco más al norte, camino de un puerto moderno, restaurado y protegido por una férrea escollera reciente. Desde estos muros últimos de la villa marinera, vuelve a resurgir esa estupenda estampa de una costa infinitamente verde y azul que ya habíamos descubierto en nuestra primera ruta por el paseo de San Pedro. Y justo en este sitio vemos ya de cerca aquellos colores que adivinábamos desde más alto. Son los colores atrevidos de los Cubos de la Memoria, que el pintor vasco Ibarrola empleó para rescatar la escollera de su existencia gris y convertirlos en lienzo inmenso de tres dimensiones. Si damos un paseo al borde del mar camino del faro, por el paseo marítimo de San Antón alcanzaremos la playa de Puerto Chicu. Y un poco más allá, en la periferia del carco urbano, a unos 500 metros caminado, la playa famosa playa de Toró.
Desde que se inaugurara la obra, a finales del año 2001, los Cubos de la Memoria han convocado ya una …
Aunque se trata de una playa urbana, los acantilados que la rodean nos permiten sentirnos en un entorno …
Playa del Oriente de Asturias. La playa de Toró en Llanes tiene 220 metros de longitud por 40 metros de …
Las huellas del medievo proliferan en el casco antiguo. El recinto amurallado comenzó a construirse como consecuencia de la Carta Puebla otorgada por Alfonso XII a la villa en el primer tercio del siglo XIII. Se conservan en buen estado el paño norte y otros restos dispersos en distintas periferias del casco histórico. En algún caso, la muralla se ha fundido con construcciones más recientes, edificios bajos pero altaneros, de galerías curtidas por el salitre y alma de pesca. En el núcleo de la historia también encontramos el Torreón, sólido y esquemático símbolo del pasado que hoy acoge la Oficina de Turismo.
Todo el casco histórico se puede recorrer siguiendo la llamada Ruta Marinera de la Princesa ( el recorrido que realizó Leonor de Austria en el Llanes de 1517).
De la mano de la princesa Leonor de Austria recorreremos el Llanes de 1517 y así retornamos también al …
El resto de Llanes muestra muestras excelentes del paso de los siglos hasta la actualidad. Existen prácticamente detalles de todas las épocas. Apenas hay década en falso. Edificios renacentistas, inmuebles marineros como la Casa de la Ballena, lugar este último donde se reunía el gremio de mareantes y que hoy se ha rehabilitado para dar paso a una sugerente «Aula del Mar»; palacios y palacetes barrocos, una basílica gótica, un puñado de capillas, un casino modernista, y un goteo incesante de la denominada arquitectura de Indianos que encuentra en Llanes su verdadero sentido y las muestras más sorprendentes y numerosas, con jardines de ensueño y galerías acristaladas.
Pero Llanes no es sólo una villa, sino un territorio afortunado que cuenta con un litoral de ensueño. El concejo guarda muchos tesoros naturales y etnográficos que te invitamos a descubrir en su totalidad. Además, Llanes es una de las capitales por excelencia del mejor folclore asturiano.
Llanes es sin duda uno de los municipios más bellos de Asturias. Mar y montaña se funden en un paisaje …
Antiguamente, la danza era más espontánea y no requería regulación espacio-temporal. Los investigadores …
Elegir una playa entre más de 30 con las que cuenta el municipio llanisco es tarea difícil. Nosotros podemos elegir de entre todas la de Torimbia, por su emplazamiento, su puesta de sol, su tranquilidad…, pero mejor decidan ustedes
Más de treinta playas es el bagaje de un mar cansado de guerrear que busca en dársenas y rías, pero …
Covadonga también tiene mucha altura histórica. Una de sus cotas más legendarias es una hazaña sin par, referente histórico de primera magnitud de la España remota. En este lugar, armados de piedras y poco más, las hordas territoriales iniciaron la Reconquista de la península y la constitución de todo un reino astur. Con Pelayo a la cabeza, los árabes se batieron en retirada, humillados. Cuenta la leyenda que los astures se ocultaron pacientemente en los recovecos de estas montañas esperando su oportunidad. En el año 722 saldrían de su escondrijo para verse las caras con su enemigo y triunfar finalmente en la que hoy conocemos como la Batalla de Covadonga. Las milicias autóctonas eran bastante menos numerosas que las de los «infieles». La victoria cobró tintes de epopeya y entró con nombre propio en los anales de la historia y en los capítulos de los libros de texto. Una escultura de Don Pelayo en las inmediaciones de la basílica, nos muestra un hombre firme y sereno, protagonista de una época.
En nombre de la leyenda podemos seguir hablando de Covadonga. Cronistas antiguos sostuvieron que el culto a la Santina es más antiguo de lo que pueda parecer, y que ya en tiempos de Pelayo la Virgen estaba muy bien considerada e influyó decisivamente en la victoria cristiana. «Pequeñina y galana», como dice el cantar, tiene una cueva para ella sola desde entonces. Excavada en la roca es, sin duda, uno de los puntos más hermosos de Covadonga y a ella acuden unos cuantos miles de peregrinos anuales en busca de alguna gracia extra para sus vidas. Desde esta entraña católica, recogida e íntima, las oraciones cobran un mayor sentido que las cámaras fotográficas o la mirada turística, si bien también abundan en las inmediaciones.
A la cueva se puede acceder por una escalera de 101 peldaños en la que es habitual ver demostraciones de penitentes en cumplimiento de alguna promesa, muchos la suben de rodillas, rezando o besando el suelo, con velas encendidas o los brazos en cruz, unos dando gracias y otros rezando por una respuesta milagrosa de la Señora.
Etimológicamente Covadonga procede de la expresión latina «Cova dominica» que significa «Cueva de la Señora». El 17 de octubre de 1777 el santuario quedaba prácticamente destruido debido a un gran incendio. La actual imagen de la Virgen, posterior a este incendio, es de rostro más apacible y gracioso que el anterior, según se dice. Está erguida sobre un pedestal de piedra, y su tamaño y delicadeza justifican que se la denomine cariñosamente «la Santina». Junto a su imagen descansan los huesos del Rey Pelayo y Alfonso I, y en el aire se respiran la admiración que dos Papas, Juan XXIII y Juan Pablo II, profesaron en sendas visitas al santuario asturiano.
De la inmensa roca, justo bajo la gruta de la Virgen, surge una impresionante cascada que forma en su caída una laguna en la que los visitantes deben cumplir el rito de arrojar una moneda. El destello del vil metal queda sin función lucrativa alguna, hundido como depósito sólo de deseos inmateriales. Otro de los ritos populares está asociado a la Fuente de los Siete Caños, que se encuentra también bajo la cueva y de la que se dice textualmente: «la Virxen de Covadonga, tien una fuente muy clara, la neña que de ella bebe, dentru del añu se casa». El que tenga prisa por contraer matrimonio ya sabe… que sacie su sed en Covadonga.
Pasamos de la cueva divina a la arquitectura humana. La bella basílica de Covadonga se construyó entre los años 1877 y 1901. La desaparición de sus planos originales, posiblemente en el transcurso de la Guerra Civil, la dejó sin su original radiografía. Sin embargo, este monumento está considerado como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neorrománica de finales del siglo XIX. Hace poco celebraba su primer centenario altivamente, siempre erguida sobre el cerro del Cueto, en el borde de un abismo semicircular. El inmueble es visible desde todas partes y atrae las miradas como un poderoso imán de ojos humanos. En su interior se respira la calma esperada, y un órgano inmemorial suena en las alturas cuando toca ceremonia.
Hasta finales del siglo XIX el culto fue muy pobre; a Covadonga llegaban algunos peregrinos en el verano y sobre todo durante la Novena y fiesta de la Virgen el 8 de septiembre. El Santuario tenía malas comunicaciones, además los canónigos no residían allí sino que venían por turno a celebrar las misas. Hoy en día todo a cambiado. Un grupo nutrido de eclesiástico vela por el culto y las instalaciones, y los visitantes han crecido en número hasta desbordar todas las previsiones.
Constituyen una puerta natural al Parque Nacional de los Picos de Europa. A tan sólo a 12 km, ascendiendo a través de una estrecha y empinada carretera, se llega a los bellísimos parajes donde se encuentran los Lagos de Enol y La Ercina: Los Lagos de Covadonga. Antes de organizar nuestra visita debemos tener en cuenta las restricciones de acceso que tiene el Principado de Asturias en este paraje debido a la alta afluencia de visitantes. Puedes ver toda la info en los links que te dejamos a continuación.
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Si queremos subir a los Lagos de Covadonga hay que tener en cuenta que el acceso está regulado. Una flota de …